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  1. Vivir para Dios significa renunciar a nosotros mismos y desear la voluntad de Dios por encima de todo. Mientras nos acerquemos a Dios y lleguemos a conocerlo más, Sus deseos serán más naturalmente nuestros. A medida que maduramos, nuestro deseo de obedecer los mandamientos de Dios aumenta como nuestro amor por Él aumenta.

  2. 4 de oct. de 2023 · En resumen, vivir una vida placentera para Dios en el contexto de la religión implica seguir sus mandamientos, tener una relación íntima con Él, amar y servir a los demás, y vivir una vida virtuosa y moralmente recta. Al hacerlo, buscamos agradar a Dios y cumplir con el propósito para el cual fuimos creados.

  3. I.- Vivir para Dios implica que nuestra vida es la mejor ofrenda para El (v.1). ¿De qué manera? 1.- Un cuerpo con fallas que Dios acepta por su misericordia (v.1). Una pregunta: ¿Vivimos realmente para Dios? 2.- Un cuerpo consagrado es un sacrificio vivo, santo y agradable para Dios (v.1). Si nuestro cuerpo es ofrenda para Dios ¿Qué hacemos con él?

  4. Vivir para Dios significa que tomamos una decisión final sobre quién manda. Cuando nuestra carne empieza a reafirmar sus derechos, la llevamos de nuevo a la cruz y la dejamos morir. Cuando el pecado nos tienta, la decisión ya está tomada: buscamos la voluntad de Dios sobre la nuestra.

  5. El significado de ‘para mi el vivir es Cristo’. Cuando decimos “para mí el vivir es Cristo”, estamos expresando una profunda conexión y devoción hacia Jesucristo. Esta frase proviene de una carta escrita por el apóstol Pablo a los filipenses, donde él explica su perspectiva de vida centrada en Cristo.

  6. Versículos Más Relevantes. Pues para mí, el vivir es Cristo y el morir es ganancia. pues si vivimos, para el Señor vivimos, y si morimos, para el Señor morimos; por tanto, ya sea que vivamos o que muramos, del Señor somos. Pero el SEÑOR es el Dios verdadero; El es el Dios vivo y el Rey eterno.

  7. Dios nos creó a todos con un propósito, y ese propósito da sentido a nuestra vida. Vivir dentro del designio de Dios es como tener un mapa que nos mantiene en la dirección correcta para que no nos perdamos en el camino. Podemos decir que todos tenemos un mismo propósito: adorar a Dios y glorificar su nombre.