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  1. Hace 3 días · Cuando tengamos claridad sobre el cielo, estaremos más emocionados de estar allá. Y cuando estamos más emocionados de estar allá, podremos perseverar mejor a través de los altibajos de esta vida, más motivados de compartir las buenas nuevas de Jesús con otros. Mientras estudias sobre el cielo, toma en cuenta que el cielo es todavía ...

  2. 1 de may. de 2024 · Moisés y Elías están en el cielo con el resto de los creyentes, esperando ansiosamente por sus cuerpos resucitados, que les serán dados cuando Cristo venga otra vez en gloria. Así que cuando Moisés y Elías aparecen en el monte, son espíritus, almas que se hacen visibles.

  3. Hace 1 día · Mateo 28, 16-20: En aquel tiempo los once discípulos fueron a Galilea, al monte que Jesús había señalado, y, al verlo, lo adoraron. Algunos, sin embargo, habían dudado. Jesús se acercó y les dijo: —Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra.

  4. Hace 5 días · Sobre la verdadera fe: Creer en la idea de un Dios es una cosa, pero creerle a Dios es otra muy diferente. Sobre conocer a Cristo: Mientras más conozcas a Cristo, menos satisfecho estarás con vistas superficiales de Él. Sobre la confirmación del llamado al ministerio: Debemos sentir: ¡ay de nosotros si no predicamos el evangelio!

  5. Hace 3 días · La Biblia no siempre nos da todos los detalles que queremos; una pregunta que nos deja es a dónde fue el cuerpo de Jesús cuando ascendió. El Evangelio de Lucas simplemente afirma que fue llevado al “cielo”. “Luego los condujo hasta Betania y, alzando las manos, los bendijo. Mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al ...

  6. 16 de may. de 2024 · Al llegar al cielo, recibiremos recompensas por lo que hemos hecho en este mundo. En el Sermón del monte, Jesús le dice a los que fueran perseguidos, insultados y rechazados por su causa: “Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos” (Mt 5.12).

  7. Hace 4 días · El Señor resucitado les había dicho que se quedaran en la ciudad hasta que recibieran de lo alto el don del Espíritu. Y este se manifestó con un «ruido» que vino repentinamente del cielo, como un «viento impetuoso» que llenó la casa en la que se encontraban (cf. v. 2). Se trata, pues, de una experiencia real, pero también simbólica.