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Reina-Valera 1960. La columna de nube y de fuego. 17 Y luego que Faraón dejó ir al pueblo, Dios no los llevó por el camino de la tierra de los filisteos, que estaba cerca; porque dijo Dios: Para que no se arrepienta el pueblo cuando vea la guerra, y se vuelva a Egipto. 18 Mas hizo Dios que el pueblo rodease por el camino del desierto del Mar ...
20 Los israelitas salieron de Sucot y acamparon en Etam, donde comienza el desierto. 21 De día, el Señor los acompañaba en una columna de nube, para señalarles el camino; y de noche, en una columna de fuego, para alumbrarlos.
26 de dic. de 2016 · 26 Dic 2016 Dannylecv. Éxodo 13:17-26 – “Beshalach” Nube y columna de fuego. El viaje de Israel fuera de Egipto: Éxodo 13:17-19 – «Y luego que Faraón dejó ir al pueblo, Dios no los llevó por el camino de la tierra de los filisteos, que estaba cerca; porque dijo Dios: Para que no se arrepienta el pueblo cuando vea la guerra, y se vuelva a Egipto.
Israel no podría haber visto la nube de fuego durante cuarenta años sin captar gran parte del significado; pero nosotros mas. La nube de fuego enseña que el Señor Jesús es: 1. Siempre en y con la Iglesia. La gloria de Jehová apareció en la nube. 2. En doble gloria; en el fuego de la santidad; en la nube de misericordia que atenúa el fuego.
14 de jul. de 2021 · Estas nubes, llamadas científicamente pirocumulonimbos o "nubes de fuego", pueden producir tornados y relámpagos que, a su vez, generan más incendios. Se mueven rápidamente y son tan...
26 de nov. de 2019 · Por supuesto, la nube y el fuego nunca fueron destinados a ser permanentes. Los medios de la guía de Dios para su pueblo antes de Cristo siempre fueron provisionales y temporales; desde antes del comienzo, Él conocía su final y duradero plan. Y después de la vida, muerte, y resurrección de Cristo, tenemos una guía aun más segura.
La columna de nube y fuego era una presencia constante que recordaba al pueblo de Israel que no estaban solos en el desierto, y que tenían un Dios que estaba con ellos. Asimismo, este versículo nos habla de la fidelidad de Dios. Dios no abandonó a su pueblo en el desierto, y tampoco nos abandonará nosotros en nuestras vidas.
