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  1. Del lat. sacrificium. 1. m. Ofrenda a una deidad en señal de homenaje o expiación. Sin.: inmolación, holocausto, martirio, oblación, ofrenda, expiación. 2. m. Acto del sacerdote al ofrecer en la misa el cuerpo de Cristo bajo las especies de pan y vino en honor de su Eterno Padre.

  2. Sacrificio es una noción que procede de la lengua latina (sacrificium) y que tiene varios usos. Puede tratarse de un homenaje u ofrenda que se le realiza a una divinidad con la intención de rendirle tributo. En estos casos, el sacrificio incluye dar muerte a un ser humano o a un animal.

  3. inmolar, ofrecer, ofrendar, crucificar, litar. 2. tr. Matar un animal, especialmente para el consumo. Sin.: degollar, matar. 3. tr. Poner a alguien o algo en algún riesgo o trabajo o abandonar lo a muerte, destrucción o daño, en provecho de un fin o interés que se estima de mayor importancia.

  4. El sacrificio se refiere a la acción de renunciar a algo valioso, a menudo en beneficio de una causa superior o un bien mayor. Puede manifestarse en diversos aspectos, como renunciar a placeres personales, tiempo, comodidades o incluso la propia vida, con el propósito de lograr un objetivo o satisfacer un deber moral.

  5. El término sacrificio puede referirse a: En religión. Una oblación, una ofrenda ritual que se hace a una divinidad; por ejemplo, en señal de homenaje o expiación. Más específicamente: El sacrificio humano, muerte ritual de seres humanos como ofrenda a una divinidad.

  6. La idea del sacrificio ha influido en la historia y la cultura de la humanidad desde tiempos inmemoriales. Se trata de una expresión de renuncia voluntaria, donde uno cede algo valioso, sea tiempo, esfuerzo, recursos materiales, comodidad o incluso la propia felicidad, en aras de un objetivo superior o un propósito más grande.

  7. Entre los caracteres del sacrificio se distinguen, desde los tiempos más remotos, la expiación, la propiciación, la unión mística con la divinidad y el tributo de amor y homenaje”. “El motivo […] es perpetuar, intensificar o restablecer un lazo entre los seres humanos y la divinidad.