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A partir de 1950 se introduce la música aleatoria (o música de azar), que está basada en elementos no regulados por pautas establecidas y en la que adquiere un papel generando la improvisación. Tales rasgos pueden fijarse en la creación del autor o en el desarrollo de la propia interpretación.
La música aleatoria es considerada una de las técnicas más vanguardistas de la música experimental, y ha sido empleada en múltiples géneros y corrientes de la música del siglo XX como el jazz, la música clásica contemporánea y la música electrónica.
Muchos compositores actuales continúan experimentando con la música aleatoria, explorando su potencial para la creación de nuevas formas y texturas sonoras. La música aleatoria también ha influido en otros géneros musicales, como el jazz y la música electrónica.
La música aleatoria es un género musical que se caracteriza por su improvisación y falta de estructura predeterminada. En este artículo, exploraremos algunos ejemplos de cómo este estilo se ha hecho presente en distintos géneros musicales.
La música aleatoria es una reacción contra el serialismo integral que pretendió fijar cerebralmente todo en la música, así como un intento de satisfacer el deseo de dar mayor participación en la creación al intérprete.
A partir de 1950 se introduce la música aleatoria (o música de azar), que está basada en elementos no regulados por pautas establecidas y en la que adquiere un papel generando la improvisación. Tales rasgos pueden fijarse en la creación del autor o en el desarrollo de la propia interpretación.
La música aleatoria (también música aleatoria o música casual; del vocablo latino alea, que significa “dado”) es música en la que algún elemento de la composición se deja al azar, y/o algún elemento primario de la realización de una obra compuesta se deja al determinación de su (s) ejecutante (s).
