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  1. 17 de ene. de 2023 · Platero y yo es una de las obras más aclamadas de la literatura del XX. Su autor, Juan Ramón Jiménez, fue un poeta cuya carrera literaria comenzó con influencias del Modernismo literario pero que, con el paso del tiempo, fue configurando con un estilo propio e inolvidable.Aunque por su fecha de nacimiento se tendría que categorizar en la Generación del 14, lo cierto es que J.R. Jiménez ...

  2. www.suneo.mx › literatura › subidasPlatero y Yo

    Platero acababa de beberse dos cubos de agua con estrellas en el pozo del corral, y volvía a la cuadra, lento y distraído entre los altos girasoles. Yo le aguardaba en la puerta, echado en el quicio de cal y envuelto en la tibia fragancia de los heliotropos. Sobre el tejadillo, húmedo de las blanduras de septiembre, dormía el

  3. En resumen, Elegía Andaluza: Platero y Yo nos presenta el vínculo íntimo entre el autor y la naturaleza. A través de la poesía y la relación con su burro Platero, Juan Ramón Jiménez nos invita a conectarnos con la belleza y la importancia de la naturaleza en nuestras vidas. Explorando los temas y la narrativa de Elegía Andaluza ...

  4. No, Platero, no. Vente tú conmigo. Yo te enseñaré las flores y las estrellas. Y no se reirán de ti como de un niño torpón, ni te pondrán, cual si fueras lo que ellos llaman un burro, el gorro de los ojos grandes ribeteados de añil y almagra, como los de las barcas del río, con dos orejas dobles que las tuyas.

  5. Platero y yo: 38 – El pan. Te he dicho, Platero, que el alma de Moguer es el vino, ¿verdad? No; el alma de Moguer es el pan. Moguer es igual que un pan de trigo, blanco por dentro, como el migajón, y dorado en torno—¡oh sol moreno!—como la blanda corteza. A mediodia, cuando el sol quema más, el pueblo entero empieza a humear y a oler ...

  6. Seguimos Rociillo y yo y, más que nunca por la boca, comimos brevas por los ojos, por la nariz, por las mangas, por la nuca, en un griterío agudo y sin tregua, que caía, con las brevas desapuntadas, en las viñas fres-cas del amanecer. Una breva le dio a Platero, y ya fue él blanco de la locura.

  7. Platero y yo: 12 – La púa. Entrando en la dehesa de los Caballos, Platero ha comenzado a cojear. Me he echado al suelo.... —Pero, hombre, ¿qué te pasa? Platero ha dejado la mano derecha un poco levantada, mostrando la ranilla, sin fuerza y sin peso, sin tocar casi con el casco la arena ardiente del camino. Con una solicitud mayor, sin ...