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Dios respondió, "Ciertamente cualquiera que matare a Caín, siete veces será castigado. Entonces Jehová puso señal en Caín, para que no lo matase cualquiera que le hallara. Salió, pues, Caín de delante de Jehová, y habitó en tierra de Nod, al oriente de Edén" (Génesis 4:15-16).
En el cristianismo, la maldición de Caín y la marca de Caín se refieren a los pasajes bíblicos del capítulo 4 del Libro del Génesis, donde Dios declaró que Caín, el primogénito de Adán y Eva, estaba maldito y colocó sobre él una marca como señal de que el que osara matarlo o lastimarlo provocaría la ira de Dios .
Según las Escrituras, la marca de Caín era una marca de la protección de Dios, no una maldición. La maldición, o castigo sobre Caín, fue su exilio. La marca era un signo de la misericordia de Dios. Además, la marca que Dios puso en Caín se colocó solo en Caín.
El castigo de Caín. Tras la confrontación inicial, Dios pronuncia un castigo sobre Caín por el asesinato de Abel. En Génesis 4:11-12, Dios declara que la tierra no dará fruto para Caín, convirtiéndolo en un fugitivo y errante por la tierra.
La marca de Caín es un signo de la gracia y la misericordia de Dios hacia aquellos que han pecado. El objetivo de la marca de Caín era evitar que cualquiera que lo encontrara lo matara. Dios hizo esto para proteger la vida de Caín, dándole una oportunidad de arrepentirse y cambiar su camino.
La maldición de Caín - Entonces el SEñOR dijo a Caín: ¿Dónde está tu hermano Abel? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guardián de mi hermano? Y Él.
Artículo principal: Maldición y marca de Caín. Sabiendo Dios lo que había ocurrido, castigó a Caín condenándolo a vagar por la tierra; pero le colocó una marca particular para preservar su vida ante los habitantes de la tierra.
La marca de Caín se menciona en Génesis 4:15, donde Dios marca a Caín después de que él mata a su hermano Abel. Aunque no se especifica qué tipo de marca es, se ha interpretado como una señal física que lo identifica como el asesino de Abel y lo protege de ser asesinado por otros.
Dios, que está a punto de desterrar a Caín de Su presencia, muestra que todavía es misericordioso y está decidido a evitar que la gente buscara cualquier tipo de venganza en contra de Caín. De modo que le promete a Caín que se vengará — ¡siete veces! - de cualquiera que matara a Caín.
Jehová, sin embargo, es consciente del asesinato y pronuncia un castigo sobre Caín mediante el verso que nos ocupa. En él, afirma que cualquiera que mate a Caín recibirá un castigo siete veces mayor. Además, Jehová coloca una señal en Caín para impedir que cualquier persona lo mate por su crimen.
