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  1. Muerte y sepultura de Moisés. 34 Subió Moisés de los campos de Moab al monte Nebo, a la cumbre del Pisga, que está enfrente de Jericó; y le mostró Jehová toda la tierra de Galaad hasta Dan, 2 todo Neftalí, y la tierra de Efraín y de Manasés, toda la tierra de Judá hasta el mar occidental; 3 el Neguev, y la llanura, la vega de Jericó ...

    • Josué 1

      Preparativos para la conquista -Aconteció después de la...

    • Deuteronomio 33

      Moisés bendice a las doce tribus de Israel -Esta es la...

  2. Muerte de Moisés. 34 Moisés ascendió de las llanuras de Moab al monte Nebo, a la cima del monte Pisgá, frente a Jericó. Allí el Señor le mostró todo el territorio que se extiende desde Galaad hasta Dan, 2 todo el territorio de Neftalí y de Efraín, Manasés y Judá, hasta el mar Mediterráneo.

  3. 4 de jul. de 2016 · Les dijo: “Mas vuestros ojos han visto todas las grandes obras que Jehová ha hecho. Guardad, pues, todos los mandamientos que yo os prescribo hoy, para que seáis fortalecidos, y entréis y poseáis la tierra a la cual pasáis para tomarla”. Deuteronomio 11:7, 8.

  4. Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > Muerte y sepultura de Moisés (5:34:1 - 5:34:12) Entonces subió Moisés de la llanura de Moab al monte Nebo, en la cumbre del Pisga, que está frente a Jericó. Y Jehovah le mostró toda la tierra: desde Galaad hasta Dan,

  5. Cuando Moisés murió, tenía ciento veinte años de edad; pero sus ojos nunca se le nublaron, ni perdió su vigor. Los hijos de Israel lloraron a Moisés en los campos de Moab durante treinta días. Así se cumplieron los días de llanto y de luto por la muerte de Moisés.

  6. La Biblia nos narra que al final de su vida, Moisés subió al monte Nebo, desde donde pudo ver la tierra prometida, pero Dios le dijo que no entraría en ella. Fue en ese lugar donde Moisés entregó el liderazgo a Josué, su fiel discípulo, y fue allí también, en ese monte, donde Moisés falleció.

  7. Todos levantaron la mano. “todos los que querían morir, ¡que levanten la mano!”, gritó Moisés. Todos bajaron las manos rápidamente. Se oyó un gran silencio. Se mantenía en la espera. Entre la multitud se oyó un bebé llorar. “Hoy,” gritó Moisés, “ustedes han dicho que escogen la vida y no la muerte. Dios quiere prometerles algo.