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  1. Magos de Oriente a la Tierra; 60 mas una noche de Reyes, llevado por su sospecha, pone su bota al balcón, y junto al balcón espera. Pasa una hora, y cuando el niño, 65 ya cansado, se impacienta, siente en la calle ruido de voces y de carreras. Curioso, por el balcón

  2. DE . WILLIAM SHAKESPEARE . LA NOCHE DE REYES . Traducción de Jaime Clark . Madrid, 1873-74 . Edita . Proyecto de investigación I+D, HUM-2004-00721 . Archivo digitalizado y edición traductológica de textos literarios y ensayísticos traducidos al español . Málaga, 2007

  3. Texto utilizado para esta edición digital: Shakespeare, William. La noche de Reyes o lo que querais. Traducido por Jaime Clark. En: Obras de Shakspeare: La tempestad; La noche de Reyes . Madrid: Medina y Navarro Editores, ca. 1873-1874. pp. 89-182.

  4. Este ebook gratuito del libro de William Shakespeare «Noche de Reyes» en formato PDF se puede leer desde cualquier dispositivo: ordenadores, tablets y smartphones. PDF es el formato idóneo para leer desde el ordenador y para imprimir el texto en papel.

  5. centrodelactor.com › wp-content › uploads“NOCHE DE REYES”

    FESTE Canta. Cuando yo un niño muy pequeño fui Con el pin, pan, la lluvia y el mar No me tomaban en serio a mi Pues llovía y llovía sin parar. Pero cuando ya fui un hombre grandullón Con el pin, pan, la lluvia y el mar Me dejaron fuera como a un ladrón Pues llovía y llovía sin parar.

  6. LA NOCHE DE REYES (1). MARTIN CEBRIAN, Modesto. Cuando tiende a oscurecer en el día 5 de enero, el pueblo comienza a prepararse para una noche que es la preferida de los niños: LA NOCHE DE REYES. Han sido varias las tardes que acabando el trabajo, los jóvenes se han reunido por pandas y en vez de ir a la cantina han marchado a esa vivienda ...

  7. bibliotecadigital.universitasalbertiana.org › uploads › 2022NOCHE DE REYES

    NOCHE DE REYES Tú Juan Miguel, me fuiste descubriendo la tremenda importancia de esos Magos. Qué cosa era el oro, el incienso y la mirra en sus cofres transportados: los afanes del hombre en su bregar [oro] y su impotente anhelo de lo Alto; [incienso] contra la enfermedad y muerte dura [mirra] lucha. Son nuestros límites aciagos.