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  1. El Amor de los Amores, Carolina Coronado: Poema original. Acompañe la lectura del poema en audio. I. ¿Cómo te llamaré para que entiendas 1. que me dirijo a ti ¡dulce amor mío! 2. cuando lleguen al mundo las ofrendas 3. que desde oculta soledad te envío?... 4. A ti, sin nombre para mí en la tierra 5. ¿cómo te llamaré con aquel nombre, 6.

  2. Amor de los amores (Amor de los amores) es un poema de amor de la escritora española Carolina Coronado (1820-1911), publicado en la antología de 1843: Poesías (Poesías). Amor de los amores es uno de los mejores poemas de amor de Carolina Coronado, y por tal caso del romanticismo español.

  3. 4 de jun. de 2015 · Los amores de Carolina de Mónaco: del «play-boy» Junot al polémico Ernesto de Hannover. La princesa es una estrella de la prensa del corazón desde mediados de los años 70. Su hija acapara...

  4. en vano grita el pobre campesino. «No cruces por la noche la ribera. En la sierra de rocas erizada, del valle entre los árboles y flores, en la ribera sola y apartada. he esperado el amor de mis amores. A cada instante lavo mis mejillas. del claro manantial en la corriente, y le vuelvo a esperar más impaciente.

  5. De claro estilo romántico, consiguió unas composiciones con una gran carga de sensualidad, muy próximas al naturalismo, como en su poema más conocido: El amor de los amores; que escribió en «Sierra Jarilla» tras la muerte de Alberto.

  6. Coronado Romero de Tejada, Carolina. Almendralejo (Badajoz), 1820 — Lisboa (Portugal), 1911. Escritora adscrita al Romanticismo. La vida de Carolina Coronado es exponente de su mayor preocupación feminista: apoyar y defender la reivindicación social y cultural de la mujer, y por ello formó parte, con plena voluntad, de la llamada ...

  7. El amor de los amores, por Carolina Coronado | poemas, ensayos y cuentos en Poéticous. I. ¿Cómo te llamaré para que entiendas. que me dirijo a ti ¡dulce amor mío! cuando lleguen al mundo las ofrendas. que desde oculta soledad te envío?... A ti, sin nombre para mí en la tierra. ¿cómo te llamaré con aquel nombre, tan claro, que no pueda ningún hombre