Yahoo España Búsqueda web

Search results

  1. 8 de may. de 2011 · Obra: Platero y yo | Autor: Juan Ramón Jiménez | Tipo de texto: Descriptivo | Etapa: Primaria | Lecturas: 17018. Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.

  2. www.suneo.mx › literatura › subidasPlatero y Yo

    Platero acababa de beberse dos cubos de agua con estrellas en el pozo del corral, y volvía a la cuadra, lento y distraído entre los altos girasoles. Yo le aguardaba en la puerta, echado en el quicio de cal y envuelto en la tibia fragancia de los heliotropos. Sobre el tejadillo, húmedo de las blanduras de septiembre, dormía el

  3. 8 de may. de 2011 · Platero y yo (fragmento) Obra: Platero y yo | Autor: Juan Ramón Jiménez | Tipo de texto: Descriptivo | Etapa: Primaria | Lecturas: 16559. Compartido por: @sabad el 2011-05-08. Leer en pantalla | PDF | Favorito. Tweet. Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos.

  4. Platero y yo (fragmento) "En el arroyo grande que la lluvia había dilatado hasta la viña, nos encontramos, atascada, una vieja carretilla, perdida toda bajo su carga de hierba y de naranjas. Una niña, rota y sucia, lloraba sobre una rueda, queriendo ayudar con el empuje de su pechillo en flor al borricuelo, más pequeño, ¡ay!, y más flaco que Platero.

  5. Juan Ramón Jiménez. Platero y yo: 1 – Platero. Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.

  6. Cuando es de noche, el paso de Platero calla a los ruiseñores. Cuando trota Platero pisa con cuatro rosas, pisa con cuatro luces, pisa con cuatro olas. Moguer está cantando bajo el sol que lo dora. El trote de Platero lo llena de amapolas. De madrugada, el paso de Platero suena a sombras pisadas.

  7. Meknes (Marruecos). © LCJ. Editorial: www.everest.es. Finales de libros. LA MUERTE. Encontré a Platero echado en su cama de paja, blandos los ojos y tristes. Fui a él, lo acaricié hablándole, y quise que se levantara... El pobre se removió todo bruscamente, y dejó una mano arrodillada... No podía...