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  1. El cielo me deja ver las estrellas Ciertamente ninguna es mas bella, Que la niña hermosa y divina Y por la cual hasta mi vida entregaría. Veo el atardecer y recuerdo tu cabello Una cascada de oro que ilumina mi cielo, El anochecer es muy bonito En especial si hablo contigo. Eres el ángel que el cielo envía Para que inspires cada una de mis ...

  2. En el vasto lienzo celeste se entrelazan los versos del alma con el infinito. El cielo, testigo silencioso de nuestras emociones más profundas, nos invita a explorar la belleza poética que alberga. Sumérgete en la magia de sus colores y sus misterios, donde cada nube es un poema por descubrir.

  3. En la web de Cuento Poemas, encontrarás una gran variedad de poemas sobre el cielo. Desde los clásicos hasta los más modernos, estos poemas te transportarán a un mundo de belleza y emoción. Si estás buscando inspiración para tus propios poemas, el cielo es una excelente fuente de inspiración.

  4. siempre te faltaría la nube de algodón. no existe un puente para cruzar el cielo. pero aunque consiguieras llegar a la otra orilla. a fuerza de memoria y pronósticos. y comprobaras que no es tan dificil. siempre te faltaría el pino del crepusculo. eso es por que se trata de un cielo que no es tuyo. aunque sea impetuoso y desgarrado.

  5. Se han encontrado 84 poemas con la palabra cielo. Si lo prefieres puedes ver sólo los poemas cortos, aquellos que tienen ocho versos o menos aquí. Visión de océano. -- de Alfredo Mario Ferreiro -- Cielo y mar – Un barco solitario. Cielo y mar – El horizonte en torno. Cielo y mar – Brusco rumor de olas.

  6. Los poemas sobre el cielo nos permiten contemplar la belleza y la trascendencia de este elemento natural. Ya sea a través de la descripción de sus colores y formas, o como un símbolo de libertad y paz, los poetas han encontrado en el cielo una fuente inagotable de inspiración.

  7. El Cielo y las Estrellas. En lo más alto del firmamento se encuentran, destellos brillantes de luz y esperanza. El cielo se adorna con un manto de estrellas, que como faros guían nuestra gran danza. Las estrellas parecen suspiros eternos, que brillan con fuerza desde el cielo azul. Testigos silentes de encuentros y desencuentros,