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  1. Historia. Los fenómenos magnéticos se conocían ya en la antigua Grecia. Se dice que por primera vez se observaron en la ciudad de Magnesia del Meandro en Asia Menor, de ahí el vocablo: magnetismo. Sabían que ciertas piedras (magnetita) atraían el hierro, y que los trozos de hierro atraídos, eran capaces, a su vez, de atraer a otros.

  2. El primer conocimiento del magnetismo en la historia de la humanidad se produjo en la antigua Grecia, alrededor del siglo VI a.C., donde se descubrieron las propiedades magnéticas del mineral llamado magnetita.

  3. Gilbert (1544-1603), Ampere (1775-1836), Oersted (1777-1851), Faraday (1791-1867) y Maxwell (1831-1879), investigaron sobre las características de los fenómenos magnéticos, aportando una descripción en forma de leyes. El primer estudioso del fenómeno del magnetismo fue Tales de Mileto, filósofo griego que vivió entre 625 adC y 545 adC.

  4. El magnetismo se conoce desde la época de los antiguos griegos, pero siempre ha sido un poco misterioso. Puede ver la electricidad en el destello de un rayo, pero cuando la aguja de brújula apunta al norte magnético, no puede ver ninguna fuerza que la haga girar.

  5. 15 de jul. de 2021 · El ser humano conoce el magnetismo desde épocas tempranas. Sus efectos fueron descritos en la antigüedad griega por Tales de Mileto (625-545 a.C.) y otros filósofos parecidos, quienes notaron que ciertas piedras provenientes de la ciudad de Magnesia del Meandro (Asia menor) atraían el hierro.

  6. 30 de nov. de 2018 · Tales de Mileto (aprox. 624-546 a.C.) es considerado como uno de los primeros que asoció los fenómenos eléctricos y magnéticos. Tales conoció los efectos de la magnetita y pensó que si el ámbar al ser frotado era capaz de atraer pequeños objetos era porque se transformaba en magnético por el efecto del frotamiento.

  7. 7 de sept. de 2023 · Hans Christian Oersted (1777-1851), nacido en Dinamarca, tuvo en 1820 la ocurrencia de hacer pasar una corriente eléctrica a través de un conductor y observar el efecto que eso tenía en una brújula. La brújula se desviaba, y cuando la corriente cesaba de fluir, la brújula volvía a apuntar, como siempre, al norte.