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Somos una comunidad de monjas de vida contemplativa de clausura de la Orden de San Agustín. Descubre nuestro carisma y prueba nuestros dulces.
Las hermanas Inma, Carmen y Tamara, agustinas del Monasterio de la Conversión dan a conocer tres rasgos de su vida contemplativa: el silencio, el contacto con la creación y el trabajo. En el s. XIII surgen en España los primeros conventos de religiosas agustinas de vida contemplativa.
La orden de San Agustín cuenta con Santas célebres como Santa Mónica, Santa Rita o Santa Clara de Montefalco.
Cada día, buscamos a Dios, por Cristo, bajo la guía del Espíritu Santo, a través de la oración litúrgica – que la madre Iglesia nos ha confiado-, a través de la meditación de la Palabra de Dios y la vida interior que alimentamos con el silencio y el recogimiento propios de nuestra vida monástica.
Las monjas agustinas se dedican a la vida contemplativa, bajo la Regla de San Agustín: según el criterio de autonomía, cada monasterio exige o no la clausura papal, episcopal u otras formas que les permitan vivir su vida de oración. Existen igualmente monasterios abiertos a actividades pastorales.
Nuestra comunidad sigue los carismas de la Orden de San Agustín, realizando esto a través de nuestra vocación de vida contemplativa y en clausura. La Orden, la contemplación y la clausura son los elementos fundamentales que definen nuestra vida y entrega a Dios.
Las Monjas Agustinas somos la presencia contemplativa que acompaña la actividad evangelizadora de la Orden. Nuestra tarea fundamental es la búsqueda de Dios, y la unión con Él a través de la oración, el silencio, el estudio y el trabajo compartido, desde una comunión de vida en fraternidad y amistad.